Víctor Romario Llaves Quispe, nació en Lagunillas, al norte de La Paz. Desde muy pequeño, mostró un gran interés por el estudio, en sus momentos libres, se dedicaba al dibujo de caricaturas.
A los 12 años, le diagnosticaron hipoacusia bilateral y, paralelamente, una grave enfermedad le ocasionó la pérdida temporal del habla e inmovilidad corporal. Pese a su recuperación, las secuelas fueron significativas: perdió aún más la audición y desarrolló baja visión y ceguera nocturna.
Víctor, aunque continuó en un colegio regular, tres años después, perdió totalmente la audición de un oído; con ello abandonó sus estudios con una reclusión y aislamiento de dos años en su casa.
En 2011, ingresó a un centro especial en el que conoció a otros jóvenes con discapacidad auditiva. Ahí aprendió la Lengua de Señas Boliviana (LSB) y, a partir de esa experiencia, comenzó a involucrarse activamente en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad y la promoción de la educación inclusiva como un modelo de implementación en el país.
También fue cofundador de la Asociación de Hipoacúsicos de La Paz, se formó como docente y se especializó en la enseñanza de la Lengua de Señas Boliviana. Su compromiso, le convirtió en Secretario de Educación en la Asociación de Sordos de La Paz. Su activismo le permitió obtener una beca para formarse como líder latinoamericano en la promoción de los derechos de las personas con discapacidad.
Actualmente, Víctor es Secretario de Asuntos Sociales y Laborales en la Federación Boliviana de Sordos, trabaja en un centro especial en la ciudad de El Alto y ofrece talleres en diversas universidades e institutos sobre educación inclusiva y Lengua de Señas Boliviana.
Su sueño es vivir en un país y un mundo totalmente inclusivos.